lunes, diciembre 10, 2012

Reseña: The Monster Squad (1987)

Si quien lee esto creció durante los años ochenta muy probablemente haya visto The Monster Squad (1987), o como se le llamó en España, Una pandilla alucinante. No es exagerado decir que esta comedia de terror de 1987, aunque en su momento haya sido un fracaso taquillero, ocupa hoy un lugar especial junto con Los Goonies (1985) o El vuelo del navegante (1986) en el imaginario nostálgico que comparten aquellas cintas que mezclaban el cine de género con las vivencias de una pandilla de críos enfrentados a situaciones que les desbordaban. Así como las dos películas arriba mencionadas tocaban, respectivamente, el cine de aventuras y de ciencia-ficción, la cinta de la que hablamos hoy mezcla el mundo pre-adolescente con el horror al enfrentar a un grupo de chicos contra los monstruos del terror clásico unidos en un mash-up que bebe directamente de las fuentes de la Universal al combinar a Drácula, el hombre-lobo, la momia, el monstruo de Frankenstein y la criatura de la laguna negra, decididos a conquistar el mundo a través de la obtención de un amuleto mágico. 

Ante tal premisa, el tratamiento es evidentemente paródico ya desde el inicio con la presentación de un Drácula permanentemente vestido de gala y unos monstruos que tienen más que ver con la visión que de ellos se tiene en la cultura popular que con la intención de meter miedo, algo en lo que se notan las siempre hábiles manos de la gente detrás del estudio de Stan Winston (aquí entre nosotros debo decir que me encanta el diseño de el monstruo de la laguna negra que se han currado para la película). En este sentido es muy obvio el tratamiento caricaturesco que da a la cinta su director Fred Dekker, un cineasta que fue en su momento una gran promesa para el fantástico y que desapareció del cine luego de un par de sonados fracasos comerciales entre los que se cuentan no sólo esta película sino también la muy recomendable Night of the Creeps (1986) y el que sería su último largometraje como director, Robocop 3 (1993).

Tanto Dekker como el co-guionista Shane Black (otro de esos infaltables de los ochentas) dinamitan todo el concepto del que parten al colocar a los monstruos en un ambiente suburbano sin dar mayores explicaciones, y reduciendo la batalla por el destino de la Humanidad a las aventuras de un grupo de críos aficionados a las pelis de miedo que intercalan la lucha contra el Mal con problemas más mundanos como padres en conflicto, matones de colegio y vecinos que dan miedo. Pero el verdadero centro de la película está en la galería de criaturas que la pueblan y que llenan la cinta de referencias veladas a obras anteriores que conforman la mitología de estos personajes, haciendo de esta un auténtico placer culpable que crea una complicidad instantánea con aquellos espectadores que hayan bebido de la incorporación de estas criaturas en su imaginario colectivo. 

Ante este elemento estético, la trama realmente es lo de menos. De hecho es bastante simple, se resuelve rápidamente y de manera atropellada, lo que quizás sea la mayor carencia de la película. Eso y un sentido del humor francamente idiota en determinados momentos que revelan lo difícil que resulta mantener el delicado balance entre una cinta de terror para adultos y un divertimento puramente infantil.  Pero estos al final son detalles menores porque la película tiene sin duda grandes momentos que se quedan en la mente más allá de lo sonrojante de algunos de sus chistes, el marcadísimo ambiente ochentero y las intenciones de cine para toda la familia que parece mostrar al principio. Por el contrario, algunas de sus piezas de humor no son tan inocentes, y la cinta muestra momentos de una violencia y crueldad bastante rara teniendo en cuenta el público al que está dirigido. Con todos elementos se entiende por qué The Monster Squad ostenta hoy en día el culto que parece haberla rescatado de su fracaso inicial. Habría que ver en todo caso si el recuerdo que se tiene de ella logra mantenerse tras un nuevo visionado varios años después. Por mi parte está clarísimo que sí.

4 comentarios:

  1. A mí me gustó muchísimo más que la famosa Goonies, seguramente porque en la fecha prefería los monstruos a los piratas. Efectivamente, el humor a veces es un poco tonto (como el mítio "el hombre lobo tiene pelotas"), aunque visto hoy, más que tonto, es un tipo de chistes destinados a gente de 11 o 12 años, igual que la estética de los monstruos...El Drácula de gala y la criatura de la laguna negra de la Universal eran mucho más reconocibles entonces.

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  2. Los ochenta fue una década que nos han dejado un montón de películas que no puedo dejar de ver y ver, aunque se noten los hilos o la sangre de bote de tomate.

    Un saludo!

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  3. Estupenda película. Gracias por el rescate!

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  4. Anónimo3:44 a. m.

    Unas tremendas cintas para criticar pueden ser Night of the Creeps o House parte 1

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